Un deporte guerrero, físico y duro como el rugby nos ha demostrado en numerosas ocasiones que es también una disciplina que tiene como base unos valores muy solidos, como la deportividad y el compañerismo.
Un claro ejemplo de ello fue el vivido en la liga francesa de rugby, durante un partido del LOU Rugby de Lyon contra Stade Touliusain. El jugador Talalelei Gray se dio cuenta de que un deportista del equipo contrario, del Lyon, quedaba tendido al suelo tras una pelea por el balón. Fue entonces cuando en vez de seguir jugando, Gray utilizó su propio cuerpo para cubrir al otro jugador, colocándose encima de él y evitar así males mayores.
La acción del jugador australiano, no solo evitó que su rival se lisiara, sino que también demostró que por encima de la competición, está la seguridad de los deportistas y el compañerismo. Y es que aunque se compita en equipos diferentes, no se deja de ser compañeros de juego.
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